viernes, 10 de mayo de 2013

¡Falang, falang!


Vientiene

De Viang Vieng mi siguiente parada fue en Vientiene, la capital de Laos, de la poco hay que hablar. Este post hace un resumen estupendo de lo que se puede hacer en un día. No es necesario quedarse más tiempo por la ciudad. 

Vientiene

Yo alquilé una bicicleta un día por 10.000 kips de nuevo (1€) para descubrir rincones perdidos y merodear sin rumbo, pero al día siguiente ya estaba cogiendo el autobús a las 09:00 para mi siguiente destino, la cuevas Khon Lor.  


Mini monje sobre el Arco del Triunfo bombardeado de Vientiene
Ahora recuerdo con un poco de enfado hacía mi misma (pero que pronto de evapora, no os preocupéis, se que no tengo que pensar así) que rechacé una moto gratuita que me ofreció un chico que volvía a España tras estar 4 meses viajando con su moto. ¡Y pensar que la rechacé por que no sabía conducirla! Ahora está todo aprendido... 

Eso sí, hay una cosa que destacar de Vientiene, el mejor bocadillo del mundo. Si vais a la estación sur de autobuses, hay una señora dueña de un carrito móvil que vende los mejores bocadillos del mundo. No es broma. Tan sólo cuestan 5000 Kips (0,50€) y hay de varios tipos, yo elegí el de pollo, pero de verdad, es increible, que no os engañe una especie de pelo amarillo que tenie por encima, (creo que era cebolla dulce) ¡estába de muerte!


De Vientiene a Khon Lor 

El autobús me costó 100.000 Kips incluyendo el Tuk Tuk desde el centro hasta la terminal sur. Fueron unas 7 horas de viaje bastante movidas, pero al menos cómodas, ya que estaba casi sola en el autobús. A última hora se subieron dos Australianas, con las que después pasaría la noche y haría la visita a las cuevas. Eran enfermeras y habían dejado su trabajo para viajar unos 3 meses antes de irse a vivir a Canadá unos años. 


Los autobuses de Asia están muy integrados con su cultura, cada cual más cantoso, y este, tenía su tema bien seleccionado.



Autobuses laosianos molones con temática
Antes había que llegar a un pueblo cercano a las cuevas en bus y después hacer un trayecto en Tuk Tuk o en moto, pero ahora han mejorado la carretera y está mejor, y el bus (hay uno diario desde Ventiene) te deja en el centro de las 10 casas que hay en el poblado. El paraje es impresionante, verde y más verde, agricultores en las plantaciones de café o tabaco, niños en sus bicicletas... 

Las cuevas Khon Lor 

Como no hablamos el idioma, y está claro que somos falangs (termino usado al igual que nosotros usamos "guiri"), sólo con indicar la palabra “homestay” nos indican la dirección de una casa y después nos informan “50,000”. Esto incluye el alojamiento, la cena y el desayuno.

En resumen, la experiencia fue un poco peculiar, la verdad. Sentí que invadía su espacio, puesto que no pudimos realmente conectar con la familia, salvo con los niños claro. El idioma es el impedimento principal para poder comunicarse y entenderse, pero no hablo laosiano (hola y gracias no cuenta), y para ellos el inglés también es desconocido. Pero bueno, lo valoro positivamente puesto que así ayudamos a una familia pobre (bajo nuestros umbrales de pobreza claro, que hambre no pasaban), vimos de cerca cómo vive y duerme una familia acercándonos mucho más a la cultura local y salimos un poco de la rutina de los hostels llenos de mochileros. 


De paseo por Khon Lor
Después del paseo por el pueblo y saludar a todo el mundo con un "sabaideee" sonriente (al hacerlo el pueblo se hacía eco de que había "falang" por la zona) fuimos de nuevo a la casa, por que nos habían informado de que a las 19:00 sería la cena. 


Niños posando para la foto
Atardecer en Khon Lor 
Una cena con la familia, pensaba. Pues, no. Nos pusieron en una mesa aparte a cenar arroz con verdura y ellos en otra zona de la casa cenaron por su cuenta. Me esperaba una cena todos juntos, pero bueno, no se por que será así. 


Arroz y más arroz para comer y desayunar
Después todo mejoró ya que jugamos al pilla pilla con los niños (eran muchos - y vecinos también) y le enseñamos un poco de inglés a la niña mayor (tendría 10 años) que vino con su libro "inglés para turistas" del colegio. Nada de aprender a preguntar ¿cómo te llamas?, el libro va a lo esencial: "echo a mano", "barato", "seda". 


Inglés para gente de pueblo / vender a turistas 
Psu y yo
Otra cosa curiosa es el tema del baño, ya que cuando preguntamos nos mandaron a un guesthouse que estaba cerca, pero nunca supimos donde ellos iban al baño. Seguramente entre arbusto y arbusto... 

La noche fue bien, resguardadas por una mosquitera, pero a las 03:00 tuve que levantarme (y no soy de las que se levantan) para ver cómo llovía, ya que los truenos no me dejaban dormir. A las 05:00 de nuevo ya estaba sonando la alarma (las gallinas, el niño llorando...) y sobre las 06:00 ya estábamos desayunando. De nuevo, arroz con verduras... 


Nuestra cama con mosquitera (también temática)
Desde el pueblo se puede llegar andando a las cuevas, tan sólo están a 1 kilómetro. Fuimos las primeras en llegar a las cuevas, puntuales a su hora de apertura, las 08:00, y allí tienes que pagar 115.000 por barca a dividir entre 3 personas para recorrer los 7 kilómetros de cueva en barca. Se pueden alquilar linternas de larga distancia por 5000 Kips de esas que se ponen en la cabeza, y recomiendo hacerlo puesto que si no no se ve nada. Na de na. Pitch black. 


La visita dura unas 3 horas ida y vuelta. Hay un poblado a unos 15 minutos andando desde donde te deja la barca al otro lado de la montaña que también es interesante visitar. Fue una maravilla poder disfrutar de la naturaleza y las impresionantes cuevas sin nadie más... Nosotros éramos los únicos "falangs".
Entrada a las cuevas
Row, row, row the boat
En el interior

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