miércoles, 31 de julio de 2013

Mui Ne


Llegar a Mui Ne es muy sencillo desde Ho Chi Min (Saigon). Allí compré un billete de autobús abierto (para poder viajar cuando quieras) por 35 dólares que recorre desde Ho Chi Min hasta Hanoi, de punta a punta de Vietnam vamos. Los autobuses están muy bien, pero no dejan de ser peculiares por sus luces de neón y sus asientos a modo camas. Tras llegar a Vietnam desde Camboya, pasando por la frontera terrestre en Ha Tien, descubres un país mucho más desarrollado, más acostumbrado a los turistas y por ello, inevitablemente más fácil de viajar y quizás por ello menos especial. 

Foto del interior de los buses vietnamitas
Tras 2 noches en Ho Chi Min y 2 días de entrenamiento cruzando las carreteras atestadas de motos sin semáforos cogí el bus rumbo a Mui Ne. Si te informan de que el trayecto en bus dura 4 horas, añade un par de horas y otra más de propina. O mejor aún, ni lo mires y se paciente. 

Risas en el bus molón

En resumen, Mui Ne es un pueblo costero en crecimiento lleno de resorts y rusos. Tan sólo tiene un hostal para backpackers, y estaba completo, pero tuve la suerte de conocer a una alemana en el autobús y pillamos una habitación en un guesthouse para las dos. Lo más conocido son las dunas y el Fairy Stream. Para ello puedes alquilar un 4x4 por 10 dólares o por economizar y conocer más, alquilar una moto. 

Freeeeee
Duna blanca - duna roja

Mui Ne también es conocido por ser el centro de kitesurfing y vela de Vietnam. Yo no vi ni una comenta en la playa, y pese a ser bonita, no tenía nada que enviar a mi querida Tarifa, y mucho menos especial que Koh Rong, isla paradisiaca de la que me enamoré en Camboya. 
Además, tiene una zona más local y tradicional, con sus casas para pescadores, su mercado y su gente. Original esta fábrica de "fishsauce" una pasta de pescado fermentado (huele igual de bien que suena) que usan en al gastronomía. 

Fish sauce - concentrado de pescado al lorenzo
Marisco fresco fresco

lunes, 29 de julio de 2013

De Lunes

Cuando suena el despertador el lunes por la mañana en general recordamos toda la semana que trabajo duro que nos queda por delante. Esperamos que se pase rápido y empezamos a pensar en lo que haremos el fin de semana. He sido de las que han caído en esa rutina, sobre todo cuando las horas en la oficina superan las 50 semanales... Pero, en realidad, es absurdo. 

Cada día debe ser un día repleto de vida. Cada día, sea lunes, miércoles o domingo es un día para ser feliz y disfrutar de lo que nos ocurre. Normalmente somos felices el fin de semana o durante los días libres, en los que podemos hacer lo que queremos y no tener que trabajar. Pero durante el horario laboral, sobre todo con la libertad de elegir con la que nuestros padres (y la fortuna de nacer en un país desarrollado se entiende) nos ha brindado, no podemos caer en la tentación de quejarnos de lunes a viernes y vivir solamente de fin de semana en fin de semana. 

Y no se trata de encontrar un trabajo que nos guste, que nos apasione. Es cuestión de la actitud que llevamos en nuestro interior. Si no queremos estar en la oficina 10 horas, o si no nos gusta nuestro trabajo o si te caen mal los compañeros es necesario replantearse por qué lo estamos haciendo, qué podemos hacer para cambiar esa situación y qué tengo que cambiar en mi (desafortunadamente no tenemos la virtud de cambiar a los demás) para llegar a la situación deseada. 

Imagina vivir toda la semana con la actitud del viernes... 

Vía Facebook

Para mi los lunes como tal no existen desde Abril. Que envidia diréis algunos. Pero, este tiempo de vida no estandarizada, de no hacer lo que "debería" estar haciendo es parte del proceso de no querer formar parte de la gente que se queja de lunes a viernes y vive los fines de semana. Estoy convencida de que se puede vivir de otra forma. Espero que la segunda parte de mi viaje me ayude a conocer cómo y que me de la madurez y el conocimiento para conseguirlo. Por que en cierta medida tu eres tu propio destino. 

Terminamos el lunes con 12 pautas de las personas felices y una pregunta lanzada al aire... ¿Cuándo fue la última vez que hiciste algo por primera vez? 
Vía pinterest

En Español

1. Expresar gratitud
2. Cultivar el optimismo
3. Evitar las comparativas sociales y repensar las cosas
4. Llevar a cabo actos de bondad
5. Nutrir tus relaciones sociales - las de verdad
6. Desarrollar estrategias que te ayuden con la gestión de tus emociones
7. Aprender a perdonar
8. Incrementar el tiempo dedicado a la meditación
9. Disfrutar de cada momento
10. Comprometerse con tus objetivos personales
11. Practicar la espiritualidad
12. Cuidar de tu cuerpo

miércoles, 24 de julio de 2013

Reemprender


  • Quiero aprobar el curso de buceo PADI en Koh Tao
  • Quiero respirar el aire de la jungla de Malasia
  • Quiero surfear una ola en Bali
  • Quiero sacar fotos acuáticas (para ello me compré la cámara) de tortugas en las islas Gili
  • Quiero contemplar el cielo nocturno de Singapur
  • Quiero comprar regalitos para mi gente en Bangkok
  • Quiero perderme por las mercados de comida en Kuala Lumpur
  • Quiero sentir que cada día es único y me brinda con nuevas oportunidades de conocer a gente maravillosa (esto en realidad, lo vivo actualmente día a día)
  • Quiero comer platos sin saber que son y descubrir que me encantan
  • Quiero conocer nuevas culturas, visiones sobre la vida y religiones diferentes a la mía 
  • Quiero completar los 10 días de meditación en Chaia
  • Quiero enamorarme 
.........................

Llevo tres semanas en mi Marbella querida y parece mentira lo rápido que uno se acostumbra a las duchas calientes, a las sábanas limpias y a dormir al menos 8 horas diarias. Finalmente por salud, he regresado a España dos meses y medio antes de lo previsto, más medio mes que me he tirado en el hospital, hacen en total tres meses de viaje que me "faltan" en mi ser. Y he empezado este post listando unas cuantas cosas con las que me he quedado con las ganas. Hay más. Claro. Pero como he aprendido, lo mejor de estos viajes es no organizar demasiado e ir sin expectativas; hay que viajar por libre y que las cosas vayan surgiendo. Y por ello señores, que resuenen los tambores, emprenderé de nuevo carretera y manta (es decir, la mochila). Será en Septiembre. En la época de vuelta al cole, simplemente por que con el riñón aún en la mano compré el billete de regreso a España con la vuelta de nuevo a Vietnam, por una oferta que no pude resistirme a aprovechar. ¿200€ por regresar a Asia?
A por todas. 


He tenido mis dudas, lo reconozco. Que si ya está bien, es hora de buscar un trabajo. Que si otra vez sola. Que si me gastaría todos mis ahorros. Que ya tengo una edad. Pero, no, las ganas de sentir que he terminado este viaje por que yo lo he decidido y no por razones de salud son superiores. Y no sólo eso. Este viaje para mi era un proceso. Un proceso que incluye crecer como persona, derrumbar barreras y comenzar mi interior cambios que necesitaba. Incluye aprender a gestionar una vida llena de incertidumbres. Aprender a vivir con mucho menos. Vivir alerta, pero vivir feliz. 

Está claro que no regresas de un viaje (se entiende durante un periodo extendido) cambiada, perfecta y preparada para el mundo. Pero si que mejoras, aprendes, evolucionas, y quizás a un ritmo mucho más vertiginoso que estando en casa. O al menos está siendo el caso para mi, y ¿por qué no seguir? Por que se que las mejores cosas en la vida, no son cosas. Y este es mi momento que puedo seguir exprimiendo.